ECONOMIA EN EL INCANATO
La economía Incaica y sus características
La organización económica inca estuvo basada en el cultivo intensivo de la tierra , con lo cual se aseguraban el alimento , tanto individual como colectivamente.La producción era muy variada y los cultivos más importantes eran el maíz y la papa. Los incas aplicaron diferentes técnicas agrícolas que mejoraron el rendimiento de los cultivos. En la zona árida de la costa usaron el guano -excremento de aves marinas- como fertilizante de las tierras y construyeron canales de riego. En el interior, sobre las laderas de las sierras, cultivaban en terrazas. Además, el dominio de pueblos que habitaban diferentes zonas les permitió obtener, mediante el pago de tributos, productos que no había en su propio hábitat.
Las técnicas agrícolas
correspondían el uso de la azada y la taclla (una larga azada provista de un vástago en el que se apoyaba el pie para así hundir más el instrumento en la tierra), el empleo de fertilizantes (estiércol de animal en las tierras altas y pescado descompuesto, o bien guano, en las zonas costeras), también conocieron la irrigación artificial por medio de canales, acueductos y balsas y el cultivo en terrazas para aprovechar hasta el máximo las tierras de las altas laderas andinas. Los incas no sólo cultivaron los terrenos planos o semi inclinados, usaron un sistema ingenioso para cultivar las laderas de los cerros, esta técnica consistía en formar terrazas, denominadas “andenes”, que rellenaban con tierra vegetal que era contenida con muros de piedra.
El trabajo
El trabajo en el imperio incaico se resumía en la siguiente frase: el que no trabaja no come. El trabajo en el tahuantinsuyo tiene las siguientes características:
-Obligatoriedad : El trabajo era obligatorio para los habitantes del ayllu , solo era eximido de ello las personas con incapacidades físicas
-Equidad : Este principio indica que cada individuo trabajaba depende a sus capacidades físicas e intelectuales
-Alternabilidad :Consiste en que no siempre se trabajaba en lo mismo ,esto fue practicado contra el cansancio, aburrimiento o tedio que implicaba realizar las mismas labores
El trabajo representó la principal actividad del imperio incaico y presentó las siguientes formas: mita, minka y ayni.
LA MITA, era un sistema de trabajo a favor del Estado Imperial del Tahuantinsuyo, donde se movilizaban multitudes de indígenas a trabajar por turno en labores de construcción de caminos, puentes, fortalezas, centros administrativos, templos, acueductos, explotación de minas, etc. Existía una mita para servicios especiales como las labores de cargueros del Sapa Inca, músicos, chasquis y danzantes, los obligados a cumplir esta labor eran los adultos hombres casados, más no las mujeres, comprendían entre los 18 y 50 años.
La Minca, MINKA, o minga, es el trabajo que se realizaba en obras a favor del ayllu y del Sol (Inti), una especie de trabajo comunal en forma gratuita y por turno, era una forma de beneficio para el Estado, donde concurrían muchas familias portando sus propias herramientas, comidas y bebidas. Las familias participaban en la construcción de locales, canales de riego, así como la ayuda en la chacra de las personas incapacitadas huérfanos y ancianos. Cuando el ayllu convocaba al trabajo de la minca, nadie se negaba, pero las personas que no asistían al trabajo eran expulsados del ayllu y perdían su derecho a la tierra.
EL AYNI , era un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu, destinado a trabajos agrícolas y a las construcciones de casas. El ayni consistía en la ayuda de trabajos que hacía un grupo de personas a miembros de una familia, con la condición que esta correspondiera de igual forma cuando ellos la necesitaran, como dicen: "hoy por ti, mañana por mi y en retribución se servían comidas y bebidas durante los días que se realicen el trabajo. Esta tradición continúa en muchas comunidades campesinas del , ayudándose en las labores de cocina, pastoreo y construcción de viviendas.
Nota : La tierra que era para el pueblo estaba destinadas a los habitantes de los Ayllus y eran repartidas poniendo atención al número de personas que comprendía el Ayllu. A cada persona se le entregaba una porción de tierra que se denominaba TOPO (unos 2 700 m2) y a cada mujer se le daba medio TOPO. La tierra no se entregaba en propiedad sino tan solo en usufructo.
LA IMPORTANCIA DE LOS QUIPUS
. Pablo Macera dice que el quipu era el elemento matriz de la cultura inca y que el control político se debió en parte a que a través de ellos podían llevar un cálculo de los pueblos que controlaban. Para el conteo, también se apoyaban en el uso de la yupana o ábaco inca, del cual se conoce su existencia por los cronistas, pero no su manejo específico, aunque hoy en día se ha adaptado como instrumento pedagógico, para enseñanza de las matemáticas en proyectos interculturales, en Perú, Bolivia, Ecuador y República Dominicana.
ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA DEL IMPERIO INCA
El Imperio de los Incas tuvo una buena organización administrativa, el soberano Inca, estaba asesorado por un selecto cuerpo de funcionarios, agruparon y organizaron a la población del Imperio en grupos con el objetivo de atender las necesidades de los diferentes pueblos y regiones del imperio, regulando los trabajos en obras de bienestar comunal y también obligaciones con el inca. Estaba basado en los principios andinos de la Reciprocidad y la Redistribución. Para la mejor organización del imperio se necesito unificar aspectos, tales como el idioma oficial Runa simi, el Ayllu y los Quipus, y el empadronamiento administrativo a base del sistema decimal.
El sistema político llamado Tahuantinsuyo basaba su poder, en la capacidad para disponer del trabajo de los súbditos. Mediante el control de la población incaica, que se efectuaba a través de los censos mediante organización decimal , ,establecieron un control sobre el trabajo, la producción y los impuestos
IMPUESTOS EN EL IMPERIO INCAICO
Una vez al año, por el mes de Mayo, todos los gobernadores provinciales y los curacas de cierto rango debían presentarse donde el emperador; la fecha coincidía con la entrega de tributos, aunque se sabe que al mismo tiempo debían informarle al Inca de su gestión. Cada uno de ellos debía entregarle polvo de oro, plata y piezas de orfebrería en señal de sumisión. Al mismo tiempo el Inca escuchaba las quejas contra sus funcionarios y decidía por su suerte. Si habían satisfecho sus deseos, aquellos recibían a cambio, mujeres, tierras y concesiones de la más diversa índole, como el tener derecho a usar un parasol, a trasladarse en hamacas, a designarlos yonas o a tener el privilegio de beber en copas de oro o de plata, cosas que nadie se atrevía a hacer sin el permiso del Inca. Se regocijaba entonces junto a ellos, entregándoles regalos que otros le habían dado, generalmente obsequios con materiales que él mismo sabía que no se encontraban en las respectivas provincias.
Los hijos de los curacas destinados a sucederlos eran mantenidos como rehenes y podían pagar las faltas de sus padres, aunque también se les educaba para ser buenos administradores; lo mismo hacían los faraones y los césares con los hijos de los reyes bárbaros. También los gobernadores provinciales tenían embajadores en la ciudad imperial que debían informar de todo cuanto sucediera en sus respectivas regiones. A pesar de la jerarquía tan estrictamente decimal, el emperador enviaba de tanto en tanto a sus tokoyrikok (los que todo veían), integrantes de la casta imperial y encargados de verificar la situación de la región donde eran enviados, haciendo preguntas sobre la conducta de los funcionarios y averiguando sobre los crímenes cometidos en la zona. Si la ocasión lo ameritaba se enviaban jueces especiales a castigar a quienes habían cometido faltaS